Tristeza en Caicedonia
Por demolición de la Torre de la Iglesia
Por: Manuel Tiberio Bermúdez


Mis paisanos de Caicedonia están tristes, muy tristes y todo por culpa del terremoto del pasado 25 de enero cuando la tierra, en pocos segundos, sacudió al pueblo con un estremecimiento que dejó mas de mil quinientas viviendas averiadas. Quien haya visitado este municipio norteño, reconocerá en algunas casas la herencia paisa; es decir, el bahareque. Construcciones en donde la guadua, "la boñiga" y la tierra, eran los principales componentes de las paredes de esas viviendas frescas, acogedoras, resistentes.Pero como los recién llegados y los nuevos ricos, en trance de figuración, siempre están imponiendo lo externo, Caicedonia no se libró de esta fiebre de construir con ladrillo y por esto hoy, un gran número de viviendas están "cuñadas" con guaduas porque el terremoto del pasado 25 de enero le cobró a sus habitantes las ansias de modernización de sus hogares. Porque lo cierto es que con la llegada de la moda del ladrillo, muchos de mis paisanos, peso que cogían, peso que invertían en arreglarle la cara a su casa, es decir, la fachada, para no quedar por fuera de la moda que imponían los vecinos de en frente.Pero hacia adentro, seguía siendo la vetusta casona heredada de los abuelos y construida en bahareque. Por eso cuando la tierra tembló el 25 de enero, las fachadas se vinieron al suelo y las que no, han tenido que ser trancadas con guadua para impedir su derrumbamiento.Caicedonia, Valle del Cauca, Colombia, Sur América, fue el municipio del departamento del Valle que más sufrió los rigores del terremoto que destruyó al Eje Cafetero. Todavía la gente allí sigue agradeciendo a Dios que no les haya pasado nada a sus vidas, pues la vecindad con Armenia y Barcelona, hacían suponer que en este municipio también hubiesen sufrido la misma suerte y el mismo grado de destrucción, pero no, algo "extraño" sucedió y solamente una persona falleció y aunque las edificaciones se vieron afectadas, si bien, no en la misma proporción de las del Quindio, si quedaron muchas muy maltrechas. Son 46 totalmente destruidas, averiadas 985 y 233 inhabitables que deben de ser demolidas y nuevamente edificadas.Mis paisanos están tristes por todo lo que ocurrió, lo que están viviendo en su economía cafetera, por sus colegios y escuelas dañados, por las vías deterioradas, por la crisis que están sufriendo; pero sobre todo mis paisanos están tristes porque la torre del templo principal va a ser demolida.Todos los días, cuando los gallos despierten los sueños de los caicedonenses, (porque es un pueblo en donde todavía hay solares con gallos y gallinas para fortuna de los que allí viven), los hombres y mujeres que madrugan invariablemente pasan por el parque principal, se quedan mirando hacia la iglesia, no para elevar una oración al "altísimo", sino para mirar, sin comprender por qué la torre de su iglesia tiene que ser demolida. Muchas otras personas se quedan mirándola largo rato y como que no conciben que su iglesia pierda la parte más vistosa y monumental: la torre.Saben, eso sí, que es necesario tumbarla ya que el movimiento telúrico la golpeó con violencia y fracturó de muerte su estructura. Saben también que no se puede recuperar, según lo dijeron los expertos, y se han resignado con tristeza. Y es que la iglesia es el recuerdo mas profundo que tenemos del pueblo.Cuando dicen Caicedonia la primera imagen que se nos presenta es la del templo: grande, imponente, majestuoso, hecho por los abuelos que fundaron el pueblo para dar gracias al "hacedor" mayor.Cuando luego de esas temporadas de exilio forzoso de nuestro terruño, a él regresamos, miramos ansiosos el firmamento en busca de esa torre que marca el límite exacto en donde comienzan nuestros recuerdos. Ahora, nuestra ansiedad se perderá en el vacío. A los caicedoneneses nos duele que tumben la torre de nuestra iglesia, pues su estilo, su forma, está impresa, como un sello, en el recuerdo de todos los que nacimos, crecimos y soñamos allí, en Caicedonia - para nosotros los nativos de esa tierra que huele a café y a montaña -, el mejor vividero del mundo y sus alrededores.

Regresar a Charlemos


charlemos51@hotmail.com