Nacido en Febrero 7 de 1.958, Caicedonia
Confieso que me es difícil hablar o escribir acerca de mi razón de sembrar formas y colores en las superficies llamadas, lienzos, papeles, paredes, maderos, etc.
Debo decir que son para mi las superficies caminos en los que voy y voy y corro o huyo a veces, y también donde encuentro un infinito regocijo, aunque parezca agreste en el me siembro siempre y me sumerjo con amor, hago lo que siento y puedo, por ejemplo, silencios, pensamientos amorosos, momentos de indignación y pocas alegrías, retratos de lo vivido y la libertad en las prisiones del pensamiento. Siento que soy afortunado cuando logro parir un hijo más de tela y color o lápiz y papel, la tela y el papel su piel, y el lápiz y el color su corazón, su voz, sus ojos que son los míos.
Son más de 12 años en este empeño del arte, los primeros en Colombia, unos meses de academia y 20 ó 30 en lo que fue mi dormitorio hecho taller allá en la casa paterna (siempre un aprendiz total). Después el brusco cambio de espacio y vida al llegar a esta tierra (USA) y continuar, seguir tratando hasta hoy en mi actitud de aprendiz, por supuesto.
Confió en que mi labor en el arte no madurará jamás, ya no tendría encanto ni sentido.
Algunas veces extiendo mi brazo para escribir lo que tal vez alguien podría llamar, poemas. Y entre lo que pinto y escribo se deja construir humanamente la escultura.
Si no lograra pintar lo que siento, mi vida no llegaría más allá de cualquier esquina. Es natural que me detenga aquí, a la orilla del futuro, bajo la sombra de esta historia.
Señor GABRIEL GARCIA MARQUEZ.
Estimado compatriota.
Le escribo esta carta no por simple deseo, es mas bien la inmensa necesidad de contarle que en lo mas profundo de mi existencia mi corazón estalla, y los miles de pedacitos mueren interminablemente en este dolor, en esta angustia que me nace al leer un poco mas de su libro NOTICIA DE UN SECUESTRO.
No puedo evitar el llanto en mis entrañas, no puedo ocultar la consternación, ni el luto que se apodera de mi humanidad al imaginarme a mis HERMANOS EN CAUTIVERIO, y las guerras de sus secuestradores.
TODO ES UN DESANGRAMIENTO EN EL VERDE PAIS DEL SUR - donde no faltan los que insisten en teñirlo de rojo sangre, como si fueran PINTORES APOCALÍPTICOS.
ME PREGUNTO - ¿ hasta cuando ESTE "PAIS CON HIJOS DEL SAGRADO CORAZON DE JESÚS" seguirá muriendo en las bombas traicioneras, en las ráfagas despiadadas o en el corazón y en las manos retorcidas de sus propios hijos ¿
Querido Señor GARCIA MARQUEZ, le confieso que a duras penas he leído hasta la pagina 141, esto después de verme obligado a tomar ligeros descansos. Es como si estuviera caminando en tierras agrestes, asfixiadas de espinos y criaturas ponzoñosas.
Mis ojos se clavan en las palabras de la señora DIANA TURBAY escritas con la esperanza de que estará de regreso a casa muy pronto.
Le escribo desde Jersey City New Jersey U.S. hoy en abril 12 de 1997. hace mucho conozco el final fatídico de la señora DIANA, sin embargo siento el llanto recorriéndome en forma rápida y turbulenta.
Insisto en continuar leyendo este libro pero cada vez lo siento mas pesado, como si estuviera hecho de melancolía y plomo, o mejor, con PLOMO MELANCOLICO. ¿ puede imaginarse todo esto ¿
Mientras leo las palabras de las victimas, las veo, las siento en sus cárceles de pánico. ¡AH! Como seria de terrible.
FINALMENTE ME SUMERJO EN LA VASTA ESPERANZA DE QUE ESTE LIBRO NUNCA VUELVA A SUCEDERLE A COLOMBIA.
Así como usted lo desea.
Siempre vuestro.